La reacción instintiva de los últimos meses ha sido equiparar una inflación más alta con bancos centrales más agresivos. Pero en medio de los cambios sutiles recientes por parte de la Fed, el RBA y el BOE, está claro que ahora estamos en la segunda mitad del ciclo de endurecimiento donde las reglas anteriores dejan de aplicarse.
A medida que el ciclo de endurecimiento llega a una etapa en la que se está desacelerando considerando que las condiciones económicas están empeorando, una inflación más alta puede funcionar como una espada de doble filo en cierto sentido.